DESARROLLOS DE LOS MICRO ENSAYOS
16-(OTRA) TEORÍA DEL TODO
Miguel Cobaleda
1. Lo primero la Nada, una entropía completa, desorden total y, como
consecuencia de la ausencia de orden, carencia de propósito y de duración. No
hay demarcación; indefinición absoluta. La “duración de la nada” es una
expresión sin sentido, porque el Tiempo es un efecto del Propósito, pero hay
usar este “flatus vocis” para entendernos.
2. Aparición del Propósito. Si en la entropía completa, en el desorden total, se
produce un cambio, tendrá que ser, necesariamente, anti-entrópico, un cambio en
el sentido del orden. Pero no hay orden sin propósito. Al fin y al cabo la
entropía, más que la ausencia de orden, es la ausencia de propósito, de
finalidad.
3. Ya “eclosionado” el Orden por el Propósito, la secuencia manifiesta una serie
de etapas de sucesiva elevación de nivel, cada una de las cuales supone una
organización superior y conlleva instrumentos propios de permanencia.
4. Sobre la primera ordenación inducida por el Propósito, y ya constituido el
marco general de la sucesión temporal, se establece la Vida, síntesis del
Propósito y del Tiempo. Derivada de su origen y de su esencia, la Vida
manifiesta la necesidad de durar (el cumplimiento del Propósito en el Tiempo).
Para durar, la Vida desarrolla diferentes y sucesivos instrumentos de
permanencia: 1º) el mecánico ciclo repetitivo que transforma el medio ambiente
en vida; 2º) el Instinto; 3º) la Inteligencia. Cada uno con sus peculiares
métodos propios de comportamiento.
a. Ciclo mecánico de transformación del medio ambiente en vida.- Se trata de un
mecanismo biológico elemental, pero consigue ir poco a poco transformando el
medio ambiente en seres vivos, la Nada en Vida.
b. El Instinto.- Este instrumento de supervivencia ha demostrado que es de una
eficacia inmensa. Certero, implacable, seguro, meticuloso, tenaz, consigue que
cada ente individual mantenga altas sus expectativas de sobrevivir como tal
ente, y que las estirpes genéticas igualmente alcancen longevidades notables. El
instinto ha producido tres diseños: a) el instinto de supervivencia, para
mantener la posibilidad de cada ente individual de mantenerse con vida; b) el
instinto sexual, para trasladar a la estirpe la posibilidad de seguir
indefinidamente engendrando nuevos especímenes; c) la capacidad de mantenerse
bajo la aparición de un instrumento superior.
c. La Inteligencia.- A diferencia del Instinto la Inteligencia es versátil, no
fija; no tiene métodos prefijados, sino que crea un método para cada ocasión.
Muchas son las diferencias entre el uno y la otra, pero quizá la más
significativa sean las derivaciones que la Inteligencia produce como efectos de
su potencia y para asegurarse la permanencia individual, genética y social; son
creaciones a su imagen y semejanza: a) la Filosofía, para plantear los problemas
de la Vida Humana; b) la Religión, para resolver los problemas planteados; y c)
la Ciencia, para trascenderlos.
i. La Filosofía.- La filosofía suele plantear más de lo que puede tragar. Se
caracteriza por crear preguntas, LAS preguntas, las cuestiones esenciales de la
existencia. Va a la raíz de los fundamentos, pero su éxito no es total, sólo
parcial: sí que ha conseguido desvelar parte de la esencia de los interrogantes
fundamentales, el ser, el conocer, el vivir, el tiempo, etc., pero no ha podido
encontrar soluciones definitivas, que tranquilicen, que sosieguen.
ii. La Religión.- Ha recogido las preguntas principales de la Filosofía y les ha
dado una respuesta; ha construido un fondo de firme solidez bajo los pies de
millones de seres humanos que afrontan el destino futuro –ultratumba– con
esperanza y confianza. No obstante, no ha sabido responder otras cuestiones de
esencial importancia: el problema del mal, o la naturaleza de la eternidad a la
que nos remite. No podemos satisfacernos con proyecciones misteriosas si no se
suprime el mal, no basta con que se nos remita a una región luminosa más allá
del horizonte vital. Acaso nos bastaría ese recurso si el concepto de la
eternidad futura fuese inteligible y asimilable, pero no lo es, es una nebulosa
conceptual que encierra más incógnitas que las que aclara.
iii. La Ciencia.- La Ciencia por sí misma, y más aún con la alianza de su sierva
tecnológica, sí ha conseguido aumentar y promover la duración de la Vida. La
medicina, la química, la ingeniería... han conseguido aumentar la esperanza de
vida individual por encima de los 80 años, y la continuidad indefinida de la
especie. Ahora bien, seguimos siendo transitorios, aunque durante más años, y
seguimos sin saber=entender=asimilar ese futuro eterno de ultratumba que
permanece velado y sin sentido real. Ha comprado un viejo caserón en ruinas y lo
adorna, pinta, cuelga tapices, ilumina con poderosos focos, mete muebles de
diseño... pero ni toca los cimientos –que siguen siendo inestables–, ni
consolida las vigas –que siguen agrietadas y escasamente fiables–, ni garantiza
la seguridad y el futuro del edifico mismo –que sigue siendo tan inseguro como
antes.
5. El siguiente paso sería escapar de los límites de nuestro actual camino,
dejar atrás los dos biseles de la trinchera lateral que nos encajona, no vencer
a la muerte mediante una eternidad artificiosa, sino vencer a la muerte y vencer
a la eternidad. Aunque somos hijos del Propósito y del Tiempo, nuestro destino
tendrá que ser algo más que durar.
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Hay un asunto colateral: por qué me dictan todo este tema a mí, el más
inconspicuo de los entes, que tengo solamente un minúsculo escaparatito en
Twitter. Y por qué ahora (78 años), en el ocaso de mi vida y de mi inteligencia,
y no entonces cuando, sentado en el camastrillo de mi cuarto de soltero en Sol
Oriente, recorrí por completo, ida y vuelta, el camino entre el Sujeto y el
Objeto (no hacerse ilusiones: no me acuerdo de nada). Ni siquiera sé si esto que
pongo en un rincón de mi humilde escaparate es una joya o un trozo de barro sin
sentido; como no soy joyero, no los distingo.